La tortuga que anduvo tanto tiempo
y tanto vio con sus antiguos ojos;
la tortuga que comió aceitunas
del más profundo mar;
la tortuga que nadó siete siglos
y conoció siete mil primaveras;
la tortuga blindada contra el calor
y el frío, contra los rayos y las olas;
la tortuga amarilla y plateada,
con severos lunares ambarinos
y pies de rapiña;
la tortuga se quedó aquí durmiendo,
y no lo sabe.
Fragmento de "La Tortuga". Pablo Neruda