Ya se ven las llamaradas,
del incendio enfurecido,
cuyo fuego desatado,
casi todo ha destruido.
Los bomberos muy valientes,
van sacando sus mangueras,
las conectan a los grifos,
y se lanzan a la guerra.
Ellos nunca tienen miedo
y no piden nada a cambio
y por eso al fuego ganan,
a la gente siempre salvan.
Autor : Antonio Bebín Subercaseaux